En dosis altas y un uso prolongado pueden ocasionar: náuseas, vértigos, delirios, disminución del ritmo cardíaco, dificultades en la respiración, hipotensión y pérdida de conocimiento, así como distorsiones perceptivas placenteras y aumento de la satisfacción sexual, lenguaje incoherente, hipertensión intraocular, enlentecimiento del tiempo de respuesta, aumento de la agresividad y depresión severa del SNC.
Los poppers crean tolerancia con rapidez con lo que unido a la breve duración de sus efectos pueden desembocar en sobredosis, pero esta misma tolerancia se revierte rápidamente también con días de retiro. Como a nivel físico no se describen síntomas de abstiencia, la dependencia puede ser más de índole psicológica. A nivel físico lo más significativo es un aumento en el nivel de metahemoglobina en la sangre.
[…] Riesgos del popper […]