Los efectos al ingerir una pastilla por ejemplo, que pasa primero por el aparato digestivo y es distribuida después por el torrente sanguíneo, suele tardar entre 30 minutos y una hora. Los efectos se prolongan entre 2 ó 3 horas, e irán desapareciendo progresivamente entre las 4 ó 6 horas siguientes.
El éxtasis proboca cambios en el metabolismo del organismo, por lo que tardará en digerirse y es por eso que si se aumenta la dosis posteriormente para mantener los efectos deseados pueden producirse concentraciones en sangre que aumenten la peligrosidad de su toxicidad.
En el cerebro se incrementa la actividad de ciertos neurotransmisores como la serotonina (que regula el estado de ánimo, el sueño, las emociones, el apetito), la dopamina (que gestiona el sistema de gratificación cerebral y por tanto del efecto placentero de las drogas), norepinefrina (potente estimulante cerebral y cardíaco).
De esta forma se explica que se aumenten los efectos de estimulación mental, emocional y motora, de bienestar, fuerza y «aguante» durante largo tiempo (así se facilita el ejercicio físico y el baile), además de un característico aumento de la percepción sensorial.
Los efectos más inmediatos del éxtasis:
- Sociabilidad, euforia, desinhibición.
- Incremento de la autoestima.
- Locuacidad.
- Inquietud.
- Confusión, agobio.
- Taquicardia, arritmia e hipertensión.
- Sequedad de boca, sudoración.
- Escalofríos, náuseas.
- Contracción de la mandíbula, temblores.
- Deshidratación.
- Aumento de la temperatura corporal o “golpe de calor”.
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